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El actual arzobispo de Barcelona en España, el Cardenal Juan José Omella fue objeto de una querella y acudió al juzgado de Barcelona el 12 de julio de 2019 como investigado, acusado de un delito de Falsedad Documental tipificado en el artículo 392.1 del Código Penal español.

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         Se le acusó de haber recibido o haber simulado recibir un documento acusatorio contra un sacerdote de otra diócesis a quien le leyó la acusación pero no se la entregó ni le permitió tenerla por escrito. Se le acusaba también de no haber facilitado a Roma la información aportada por este sacerdote que le exculpaba definitivamente del contenido de la acusación, falso, y que provenía de dimes y diretes de hacía siete años y violaba esa acusación un acuerdo ante un juez de Madrid sobre que nunca más se acusaría a ese sacerdote de ese particular (no era delito, ni civil ni canónico), al aceptarse en ese acto ante juez y notario que quedaba claro que esas acusaciones eran falsas. Presentó las pruebas definitivas e incontestables de que no era cierto lo que se decía de él, y evidencia ante notario de las personas responsables de lo que a él se le imputaba: tener una hija. Padre y madre biológicos se hicieron prueba de ADN en un centro reconocido por el Estado español.

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      Este sacerdote, secularizado de manera irregular y que él no admite, se querelló contra el cardenal arzobispo de Barcelona, monseñor Juan José Omella en base a que si la información facilitada por el Rvdo. Barco al Vaticano en su propia defensa, hubiera sido entregada por el cardenal Omella a Roma no se le podría haber castigado por algo que el mismo Omella al final ha tenido que demostrar que no ocurrió.

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       Y Omella lo tuvo que demostrar presentando un Recibí del Vaticano – que pudiera ser falso- de los documentos oficiales de pruebas de paternidad científicas que no pueden albergar duda alguna. Paradójicamente Omella “demostró” su inocencia en primera instancia al sobreseerse el caso de una manera extraña, e incluso sospechosa: a la mañana siguiente de la Juez aceptar la extensión de la Instrucción de seis meses a doce prorrogables por aceptar de la defensa del Rvdo. Barco que era una causa compleja, y ante la no respuesta del Vaticano a la petición de colaboración judicial internacional. demostrando la de Barco. Pero su inmisericordia pasará a los anales de la historia. Y demostrando su inocencia con el "recibí" de las pruebas incontestables que cancelan la única acusación contra Barco, Omella demostró la inocencia de Barco mientras tomaba medidas personalmente medidas para implementar esa secularización ilícita e inválida.

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      Sorprendentemente, en la reunión que sostuvo el cardenal Omella con el abogado del mencionado sacerdote, Dr. Vladimir Lamsdorf-Galagane, se le hizo saber que recaían sobre el reverendo Miguel Ángel Barco “otras” acusaciones que “por discreción y respeto a las personas” no podían comunicársele. Nada más absurdo.

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     Cuesta entender el móvil de este drama. Lo que sí parece cierto es que si M. A. Barco probara sus acusaciones contra monseñor Omella, esto es que monseñor Omella hubiera actuado con mala intención, podría salir a la luz también que no había motivo para obligar a renunciar al arzobispo de Zaragoza Don Manuel Ureña en 2014, en cuya diócesis estaba M. A. Barco de párroco en calidad de comisión de servicio en esos momentos. Y la motivación de este ataque a Miguel Ángel Barco quedaría claro a los ojos de todos: era un cabo suelto, un chivo expiatorio sin inmolar ante los ojos de lobos hambrientos, en la trama de corrupción de la Diócesis de Zaragoza dirigida por el ahora cardenal Omella.

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     Solamente se explicaría esta conspiración para defenestrar al anterior arzobispo de Zaragoza Don Manuel Ureña por la inquina que pudiera tener al arzobispo Ureña su antecesor en el mando de la diócesis, el ya fallecido Monseñor Elías Yanes, y la ambición del mismo cardenal Omella de ocupar la sede de Zaragoza. En su tiempo, Omella había sido obispo auxiliar de Monseñor Elías Yanes y durante la trama, antes de ser destinado a la diócesis de Barcelona había sido obispo de La Rioja- La Calzada-Logroño, desde donde dirigió la recopilación de datos e informaciones en contra del arzobispo Ureña. Omella ambicionaría, explican los locales, ocupar la silla de arzobispo de Zaragoza o de Toledo en lugar de Ureña. No lo logró, pero lo que obtuvo al acabar la trama superó con creces lo que habría soñado.

 

        A la par que Omella iniciaba en 2014 la trama contra Ureña, a la que hemos llamado La "Operación Zaragoza" en nuestro libro que se entregó en mano al Nuncio de Su Santidad en España, Omella iniciaba también la "Operación Opus Dei" contra un ex profesor del icónico colegio del Opus Dei en Lejona, Bilbao, España. La vox populi va defendiendo cómo este profesor se percibe públicamente cada vez más como inocente, siendo los acusadores, un único supuestamente abusado, más unos medios de comunicación de izquierda radical o religiosos progresistas ajenos a la enseñanza de la Iglesia Católica (muy en especial eldiario.es y ReligiónDigital); y habiendo ganado en estatus económico y social tanto la abogada de la familia acusadora como el mismo padre y portavoz de la familia.

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       Chivo expiatorio. Esta es la expresión que define bien el caso de Miguel Ángel Barco en una trama de corrupción por el poder entre prelados en España. En esta torpe trama incluso el Papa Francisco salió salpicado. Francisco animó a la exnotaria María Carmen Amador a denunciar al obispo de Zaragoza por despido improcedente según relata el Padre Germán Arana al exvicario Judicial de Ureña, Roberto Ferrer Sarroca, quien dimitiera por solidaridad con Amador al ser esta despedida por el nuevo arzobispo Don Vicente Jiménez Zamora. Y el Padre Germán Arana debía prestar su ayuda. Por ello el padre Arana está imputado ante los tribunales españoles en un proceso por calumnias e injurias contra el Rvdo. Barco, todavía hoy que estás leyendo esto, querido lector, amada lectora.

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       Para poder gobernar a su llegada como nuevo arzobispo de Zaragoza tras monseñor Ureña, Don Vicente Jiménez hizo una purga de entre los implicados en la conocida como “trama maña” al llegar a la diócesis, no fuera que quisieran acabar también con él. Por primera vez y de la mano de Periodista Digital salieron a la luz en la Prensa española documentos del Padre Arana y de Monseñor Elías Yanes (predecesor y opositor de Ureña junto al Padre Arana y Monseñor Omella) dirigidos al Papa Francisco y hasta ahora mantenidos en secreto.

           

        Germán Arana, asesor en la sombra del Papa Francisco, posteriormente llegó a querer coaccionar moralmente en una carta al nuevo arzobispo de Zaragoza Don Vicente Jiménez (instalado 21 diciembre 2014) en sustitución del defenestrado D Manuel Ureña (dimitido 12 diciembre 2014). Y esto en un intento de seguir flirteando con la erótica del poder, utilizando la erótica de tramas sexuales reales unas, inventadas las otras. Actualmente al mando de la diócesis de Zaragoza, D Vicente Jiménez ya presentó su dimisión por edad (75) en 2019 como decíamos y ya ha sido substituido por monseñor Carlos Escribano. En los documentos autógrafos del padre Germán Arana se muestra la coacción moral aunque sutil de Germán Arana a Don Vicente Jiménez y que el lector debe conocer por conspiratoria. En este relato en esta WEB de investigación el lector los encontrará al completo.

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       Lo que quedaba era eliminar los cabos sueltos. Miguel Ángel Barco es el cabo suelto. Pero el cabo se les resiste. Monseñor Juan José Omella, creado cardenal el 27 de junio de 2017 en un consistorio que fue creado a medida para él, podría ver su meteórica carrera truncada cuando se resuelva esta conspiración en los tribunales civiles de Barcelona por un presunto fraude continuado en documento, así como por otros delitos que pueden ir saliendo a la luz de su anterior gestión de las diócesis que se le han encargado, como estuvo informando Periodista Digital en las semanas sucesivas al escándalo del enjuiciamiento de Omella. Si fuera condenado y la administración del Papa Francisco fuera coherente con las prácticas de los últimos años, podría perder el birrete cardenalicio. Omella repitió varias veces al abogado de Miguel Ángel Barco «algo más habrá, hay más cosas que no se le dicen por respeto», y ahora paradójicamente pueden salir a la luz las muchas más cosas que puede haber perpetrado Omella: coacciones, calumnias, ocultaciones, tráfico de influencias, mentiras, etc.

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       Ahora, y lo puedes ver en las nuevas Entradas en el Blog de esta página WEB, Germán Arana y la Compañía de Jesús en España han sido llamadas finalmente a juicio imputados por injurias, calumnias, etc. Germán Arana se ha negado a colaborar, alega un esperpéntico "secreto pontificio" y su abogada insulta a periodistas y al demandante en plena sala de vistas, llamándole ladrón y fotografiándolo antes de entrar. La misma abogada que lleva la acusación del "Caso Gaztelueta" al que llamamos "Operación Opus Dei" (en breve la segunda edición del libro electrónico) en el equipo del acusador, defiende ahora a un abusador de conciencias y violador de los secretos íntimos de sus sacerdotes dirigidos. Muy sospechoso, criminal probablemente, inmoral, y un pecado horrible.

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       Puedes acceder al Blog en la pestaña Blog en el menú de la WEBSITE. Los hechos aquí narrados son verídicos y cualquier relación con la realidad es, en este caso, real y valga la redundancia. Más bien se queda corta. En esta WEB denunciamos la corrupción de altos miembros de la jerarquía española, y de sus compinches. Para cualquier aportación de datos puede el lector referirse al correo electrónico jacquespintor@gmail.com

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