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LA IGLESIA DE OMELLA NO ES LA IGLESIA CATÓLICA. EL INFORME ATENEA 1ª PARTE



Una estatua del pensador escéptico Ernest Renan provocó una gran controversia cuando fue instalada en Tréguier (Bretaña). La biografía de Jesús escrita por Renan en 1862 había negado su divinidad, y había escrito la Oración en la Acrópolis dirigida a la diosa Atenea. La estatua fue ubicada junto a la catedral, con la cabeza de Renan mirando en otra dirección mientras Atenea, a su lado, levanta el brazo como si desafiase al edificio. La instalación fue acompañada de una masiva protesta de los católicos locales y un servicio religioso contra el crecimiento del escepticismo y el secularismo.

El objetivo de este documento es mostrar algunas de las acciones del cardenal arzobispo de Barcelona Juan José Omella, que podrían ser objeto de denuncia por la vía civil y/o la canónica. Este deseo o intención no es fruto de un odio personal o de una animadversión o de un amor al cardenal más allá de las naturales o debidas por cualquier ciudadano —sea fiel de la iglesia que él representa o no lo sea—, sino que es más bien fruto de la reacción natural ante actuaciones del cardenal Omella que afectan a la vida de las personas por ser fruto de tráfico de influencias, ocultaciones, clericalismos, coacciones, etc.

Buena lectura.

Jacques Pintor

Copyright @2022 JACQUES PINTOR Cualquier cita de este artículo debe hacer referencia directa a esta entrada, a este Blog y al autor Jacques Pintor. Para aportar información escribir a jacquespintor@gmail.com,Twitter @jacquesplease

EN ESTA ENTRADA:
1.-LACRISIS MÁS GRAVE DE ABUSOS SEXUALES EN LA IGLESIA ESPAÑOLA
2.-GONZÁLEZ-AGAPITO Y LA CASA DE SANTIAGO 
          - LA PEDERASTIA DEL CLERO SILENCIADA, ENCUBIERTA Y DISIMULADA
3.-LA SITUACIÓN DE MONSEÑOR GONZÁLEZ AGÁPITO 
         - Salvador Biarnés, laico 
         -Más escándalos consentidos por Omella - Verano de 2018
         -La difícil situación de Monseñor González-Agápito - Perfil de los cardenales Lluís Martínez Sistach y Juan José Omella, y el obispo Sebastià Taltavull
         -Las incoherencias del comportamiento del cardenal Omella


1.- LA CRISIS MÁS GRAVE DE ABUSOS SEXUALES EN LA IGLESIA ESPAÑOLA

Uno de los capítulos más impactantes a la hora de evaluar la gestión del actual cardenal Arzobispo de Barcelona Juan José Omella, es el problema que le ha sobrevenido —que seguro que se hubiera querido ahorrar— sobre la conocida como Casa de Santiago.

Desde el cardenal Narcís Jubany, creador de la casa de Santiago hasta el cardenal Lluís Martínez Sistach (más conocido como cardenal Sistach), que propició la «huida y posterior entronización» —con la facilitación de cartas recomendatorias que permitieron la ordenación sacerdotal de los culpables de abusos sexuales, por aquel entonces Cané y Salvans junto a Francisco Andreo García (RIP)— y la posterior ordenación sacerdotal de Cané y Salvans en, respectivamente, Wisconsin y Westminster, y la continuación de sus fechorías en África. Monseñor Omella, ahora cardenal Omella, conoció toda esta información a su llegada en 2016. Omella no dio salida a esa información hacia el Vaticano, sino que más bien contribuyó a hacerla desaparecer. En este tiempo que lleva en el cargo (ya ha ofrecido al papa Francisco su cargo por llegar a la edad prescrita de 75 años) ha intentado saber si quedaban vestigios documentales de los informes elaborados por el entonces fiscal de la Diócesis de Barcelona, monseñor González Agápito. La penúltima incursión en terreno de monseñor González Agápito fue el día tres de octubre de 2020 con ánimo muy posiblemente de localizar esos documentos que oía que se guardaban en algún sitio, y destruirlos.

Recientemente un artículo del reverendo Custodio Ballester Bielsa en el portal de Internet Germinans Germinabit propició una respuesta de un oficial de la Congregación de la Doctrina de la Fe, Monseñor Jordi Bertomeu, a un amigo suyo autodenominado Canónigo de una inexistente institución religiosa de Barcelona en la basílica de Santa María Reina de Barcelona cuyo rector y párroco es Monseñor Jaime González-Agápito, antiguo fiscal de la Diócesis de Barcelona cuando ocurrieron los hechos mencionados de la Casa de Santiago.

El mencionado laico que actúa como clérigo en Santa María Reina de Barcelona, Salvador Biarnés —actúa como diácono y proclama el evangelio sin tener los permisos y contra lo establecido—, controlaría supuestamente al rector Monseñor González-Agápito y pasó según él mismo confirmó al Rvdo. Custodio Ballester el artículo mencionado de título «Podredumbre Perfumada» —con fecha 11 de julio de 2020 en el portal de Internet Alerta Digital y el 9 de julio de 2020 en el portal de Internet Germinans Germinabital oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe Jordi Bertomeu.

El Sr. Biarnés recibió por WhatsApp el mensaje de monseñor Jordi Bertomeu tras leer el artículo que decía:

«Más o menos… el problema de la Casa de Santiago no está en Roma sino en Barcelona, y no es justo atizarnos (una vez más) a nosotros».

Bertomeu visitó más tarde a González-Agápito presumiblemente para asegurarse que no existían copias de la causa.


2.- GONZÁLEZ-AGAPITO Y LA CASA DE SANTIAGO

El ahora cardenal emérito monseñor Lluís Martínez Sistach, como obispo auxiliar en su momento y desobedeciendo al cardenal titular Narcís Jubany, mandó en su día al extranjero —rubricando el beneplácito con su propia firma— a dos diáconos pederastas para que se ordenaran como presbíteros, mientras que la diócesis por boca de su cardenal Jubany en esa época había prometido a las familias de las víctimas que reduciría a esos diáconos convictos de pederastia organizada al estado laical. El entonces fiscal diocesano, Monseñor Jaume González-Agápito publicó el pasado 15 de noviembre de 2018 una entrada en su blog Aribau, que reproducimos seguidamente, rememorando esos hechos trágicos y la persecución a la que él mismo fue sometido por parte de la jerarquía corrupta de la Diócesis. Reproducimos aquí ese relato de los hechos:


«1. Ahora hace más 20 años que el Defensor de Justicia, Fiscal de la Archidiócesis de Barcelona, que era un servidor de ustedes, sufrió su Viacrucis y personal Calvario. Se habían descubierto una serie de delitos en el clero barcelonés. Incluían, desgraciadamente, la pederastia. Una de sus más tristes y trágicas víctimas, se suicidó. El Fiscal, que es doctor en Derecho y Abogado nº 10.965 del Colegio de Barcelona, propuso al Arzobispo, Mons. Ricardo Carles Gordo, que se debía denunciar a la autoridad civil aquellos delitos contemplados en el Código Penal. La reacción fue totalmente contraria. Se quiso continuar la equívoca política respecto a la cuestión del pontificado del cardenal Narciso Jubany Arnau en la que actuaron los Rvdos. Lluís Martínez Sistach, Jaume Traserra Cunillera y Carles Soler Perdigó. El silencio, el encubrimiento y la inacción eran la norma, que algún clarividente prelado atribuía a la Santa Sede. Sólo cuando apareció, en Valencia, una víctima vinculada familiarmente con Mons. Ricardo Carles y apareció otro individuo indicado como parte delictiva, perteneciente a una familia barcelonesa muy “de Misa”, el asunto empezó a interesar personalmente al Arzobispo.

«2. Pero empezó también la guerra contra el Fiscal, cada vez más feroz y encarnizada. Se trataba de evitar que aquella persona obtuviera ningún cargo de responsabilidad en la Iglesia. Se le acusó de todo lo que podía ofender, en el sujeto, a la ley divina y a las leyes humanas, seculares y canónicas. La bondad del Nuncio Apostólico de la época y el desconcierto del Arzobispo Carles, me hicieron conocer casi todo de lo que se me acusaba. Con gran dolor y con una inmensa decepción me vi calumniado de ciertos delitos que esos mismos acusadores, tenían ellos sí, registrados y muchos probados, en la Fiscalía. Pero, era una época difícil y muy dura. Nada se podía denunciar a las autoridades seculares. Pero, casi todo lo que contra mí se decía, se lamentaba, pero se aceptaba al menos sólo el conocimiento. Se decía que eso lo imponía Roma. San Juan Pablo II nos proponía, también, a los presbíteros la persona y la obra de Marcial Maciel, como modelo y referencia para la vida personal. En esas circunstancias, Ricardo Carles presidió un tribunal o algo parecido, como canonista nunca he sabido qué era realmente, contra el Fiscal, Mons. Jaume González-Agàpito. Al acto asistieron el Obispo auxiliar y moderador de la Curia, Mons. Joan Carrera, el Vicario judicial Mn. Francesc Xavier Bastida y, en un lugar muy discreto, el Secretario General del Arzobispado, Padre Enric Puig Jofra, S. J. En una palabra se quería desautorizar todo lo que el Fiscal había hecho contra los criminales sexuales y pederastas. Se quería advertir de forma autoritativa al Fiscal y parar su acción.

«3. Con Benedicto XVI hubo un cambio fundamental: los delitos sexuales y la pederastia del clero se debían denunciar a la autoridad civil. Muchos no se dieron cuenta de lo que decía el Papa Benedicto hace 13 años. O, mejor, querían desconocer e interpretar de forma contraria lo que sostenía Benedicto XVI. El ya exfiscal, sin embargo, se congratuló de que el Papa dispusiera lo que él mismo ya había propuesto 10 años antes. Pero se alarmó cuando vio que el nuevo Arzobispo de Barcelona movía ficha a favor de los inculpados durante el pontificado de Ricardo Carles y salvar que dos, al menos, se habían ordenado presbíteros con su firma en las letras testimoniales, cuando era Vicario General de Barcelona. Firma que Jubany negó siempre al Fiscal que fuera suya o bajo autorización, y que Mons. Jaume Traserra no podía dar: era sólo entonces el Secretario General del Arzobispado. Yo indiqué a Mons. Lluís Martínez Sistach que me constituiría en parte si la Santa Sede intentaba anular o contradecir lo que se había hecho en Barcelona. Extrañamente también el voluminoso expediente de todo ello, que yo mismo con el Cardenal Ricardo Carles habíamos cerrado, sellado con lacre y depositado en la sección especial del Archivo del Arzobispado de Barcelona, había desaparecido. La copia, que con autorización de Carles yo conservaba la hice llegar, por petición del Nuncio, al actual Arzobispo de Barcelona.

«4. Ayer el Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, Mons. José María Gil Tamayo en una entrevista con la agencia EFE, concedida una semana antes de concluir su mandato ya que será ordenado obispo de Ávila el 15 de diciembre y antes, el 20 de noviembre, se celebrarán elecciones al cargo de Secretario General de la CEE, ha dicho que, respecto a los delitos de pederastia del clero:

«1. Durante años la Iglesia ha guardado un “silencio cómplice” ante los delitos de pederastia del clero. 2. La Iglesia se ha enmarcado en el mismo contexto de “inacción de toda la sociedad española” ante estos delitos. 3. “Es verdad que la Iglesia está obligada a un testimonio más coherente que nadie, pero esto no exime al resto de asumir su cuota de responsabilidad en esta cultura común compartida de silencio”. 4. La ‘inacción’ de la Iglesia ha sido la misma que la de toda la sociedad española.

«5. Este nuevo Obispo de Ávila, dijo más cosas que el lector encontrará fácilmente. Pero, más de 23 años después de lo que sufrimos en Barcelona y que se ha prolongado después como he intentado esbozar hasta aquí, celebro que la jerarquía católica de España, por boca del Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, diga ya que hay que hacer lo que algunos ya apuntamos, Benedicto XVI determinó y el gran Papa Francisco ha impuesto, con gran energía y con su autoridad apostólica. Firmado, Jaume González-Agàpito»


3.- LA SITUACIÓN DE MONSEÑOR GONZÁLEZ AGÁPITO

Salvador Biarnés, laico

Recientemente (3 de Octubre de 2020) y en una de sus regulares visitas a la basílica de santa María Reina en el exclusivo barrio barcelonés de Pedralbes, el cardenal Omella había comentado a Monseñor González-Agápito «a ver si arreglamos lo de Salvador». Con esta frase se indica que el Sr. Biarnés lleva tiempo presionando para que se le ordene sacerdote. Esto constituiría una situación de alta irregularidad, dado que el tal Sr. Biarnés no ha cursado los estudios regulados que conducen a la ordenación primero como diácono y poco después como presbítero en la Diócesis de Barcelona. Ello constituye un trato de privilegio que solamente es comprensible si se ve desde el prisma de un favoritismo provocado por un continuado intercambio de favores, y como pago a un silencio tácito propio de una ley de Omertà.


Más escándalos consentidos por Omella - Verano de 2018

En verano del año 2018 se celebraron confirmaciones en Santa María Reina. Buscaron gente por todo los sitios para engrosar el número y hacer crecer el prestigio de la basílica. Entre los confirmandos, una pareja homosexual, casado civilmente con una mujer uno de los dos varones, y divorciado de ella y ahora en una relación homosexual estable conocida de todo el mundo. La hija fruto del matrimonio fallido de uno de ellos pasa ahora a ser hija de los dos de alguna forma en la práctica en fines de semana alternos por régimen de visitas presumiblemente (ver fotos en la Entrada del Blog en la página WEB de jacquespintor.com). Y han sido hasta que ha saltado el escándalo en la web de investigación de Pintor, monaguillos en la Basílica a pesar de su conducta y comportamiento homosexual conocido por todos. Ayudan con vestimentas litúrgicas en las celebraciones

Tienen estas dos personas una vida activa homosexual decíamos, y una manifestación inapelable es el hecho que cuando van a la población barcelonesa de Sitges, punto neurálgico de la vida gay en la provincia, «se disfrazan de putas, se comen la boca uno al otro: hoy en la parroquia, mañana de transformistas», comentan testigos asiduos de su comportamiento. Esto no es un desprecio de estas personas, es, por parte del que describe su conducta, una pincelada realista del cuadro que ellos mismos quieren pintar de sus vidas, opuesta diametralmente a la vida de la comunidad religiosa a la que sirven en el altar, lo que sí constituye una burla y una profanación.

El presidente de una hermandad católica hizo de padrino de uno de los dos confirmandos, monaguillos y homosexuales, y el Sr. Biarnés apadrinó a otro.

«Qué guapo esta mi ahijado con la cruz de plata que le regalé», es uno de los comentarios que hace el Sr. Biarnés en Facebook, vestido de clérigo, con una foto de su apadrinado con una cruz en el pecho y con un mínimo bañador y acompañado de otras fotografías en la que se celebran las relaciones homosexuales. A continuación ellos se besan en su foto, en la boca.


La difícil situación de Monseñor González-Agápito

Por un lado monseñor González-Agápito no ha podido hacer más porque se vio no solamente descartado y apartado sino difamado durante el reinado del cardenal Martínez Sistach cuando González-A subrayó que había que dar salida a las denuncias en torno a la Casa de Santiago. Esto propició recientemente una Entrada en el blog que dirige Monseñor González-Agápito desmarcándose de las salpicaduras que todavía pudiera provocarle este asunto cuando, defiende él, intentó sanearlo todo y fue menospreciado y se le hizo el vacío, un mobbing en toda regla, por parte de la jerarquía.

El Sr. Biarnés estaría influenciado por su relación próxima con el grupo que configura el blog ultra Germinans Germinabit. Del que es miembro y firma con el pseudónimo «El Cid Cabreador». El cerebro es el abogado barcelonés Oriol Trillas, que firma como «OriolT» y como «El Cojo de Calanda». A su vez, y principalmente por su edad avanzada, monseñor González-Agápito estaría influenciado por el Sr. Biarnés, que va pasando a cumplir un papel de mayordomo fiel en apariencia, pero que miraría por sus intereses clericales y nada claros desde el punto de vista de la peculiar psicología de este señor.

Este mirar a un lado y estas promesas sin viso de que vayan a ser cumplidas por parte del cardenal Omella (a ver si vemos lo tuyo, Salvador [Biarnés]; hacerse fotos con una pareja de hecho de homosexuales activos que dan la comunión en la basílica, la toman, y sirven en la santa misa en Santa María Reina en Pedralbes), es una estrategia del cardenal Omella para averiguar si existen en este momento copias de documentos que pusieran en evidencia la ocultación. Ocultación, esto es, por parte del mismo cardenal Omella y de alguno de sus antecesores.

Pero la gravedad de todo ello va más allá. El Sr. Biarnés ha llegado a utilizar la documentación que tiene a su disposición custodiada por Monseñor González Agápito para extorsionar al cardenal Omella. Escribió al secretario del cardenal, el abogado y sacerdote mosén Marc Labori diciendo que si el cardenal no le ordenaba, utilizaría esos documentos para complicarle la vida. Sin embargo, vemos que en su página de Facebook, Biarnés va diciendo que es bueno que esos informes lleguen a Roma sin censura. Una de cal y otra de arena, que no quita que esta actividad pudiera clasificarse de criminal, y costar el cargo al cardenal, y también a su servil amigo monseñor Jordi Bertomeu en la Congregación de la Fe en el Vaticano. De esta posible extorsión ha dado cuenta la página jacquespintor.com, aquí.

Se da el caso que Monseñor González-Agápito es un monseñor mitrado, el término hace referencia a los privilegios que le concedería un Papa, en este caso el Papa Pablo VI, amigo de Monseñor González-Agápito, y que le permitiría conceder bendiciones papales después de una misa entre otros privilegios.

Desde la llegada de Monseñor Omella a la Diócesis de Barcelona como Arzobispo, Monseñor González-Agápito se calza la mitra siempre, a diferencia de lo que era su costumbre anteriormente, esto es, ahora habitualmente desde la entrada para celebrar misa, y la salida, utilizando incluso en algunas ocasiones el báculo, como si fuera un obispo, que no lo es. Esto constituye también una irregularidad.

Mayor irregularidad la constituye todavía que un laico vestido con las vestimentas propias de clérigos —el Sr. Biarnés— marche delante de Monseñor González-Agápito en estas celebraciones litúrgicas. Mayor todavía es la irregularidad en este elenco de privilegios clericales que, llegado el momento de la lectura del Evangelio en la celebración litúrgica de la Santa misa, el celebrante Monseñor González-Agápito ofrezca la prescriptiva bendición al diácono o sacerdote que vaya a leer el Santo Evangelio proclamando la palabra de Dios en público, en la persona de un laico ataviado con vestimentas irregulares puesto que son propias de un rito tradicional en desuso, y actúe Biarnés como si fuera sacerdote o diácono (la proclamación del Evangelio está reservado a tales) con el conocimiento por parte del cardenal Omella de lo que allí está sucediendo.


Perfil de los cardenales Lluís Martínez Sistach y Juan José Omella, y el obispo Sebastià Taltavull

Lo que sigue son unas consideraciones contrastadas con momentos históricos que enmarcan la actitud del cardenal Omella, hasta el punto de que parece que unas fuerzas difíciles de discernir hayan juntado en una misma diócesis al cardenal emérito Martínez-Sistach y al cardenal Omella, dado el historial común de ambos que se remonta a varios lustros de conspiraciones.

Junto a lo ya dicho arriba, también el ahora obispo de Mallorca y antes auxiliar con Martínez Sistach y con Juan José Omella, Monseñor Sebastià Taltavull, apoyó públicamente el «Manifiesto de Colonia» en 1989 contra la política vaticana de nombramiento de obispos y su supuesta opacidad bajo san Juan Pablo II, uno de cuyos párrafos decía:

«…la curia romana está nombrando a obispos en todo el mundo ignorando las propuestas de las iglesias locales y sus derechos creados. En todo el mundo niega el derecho eclesiástico de profesar a teólogos y teólogas cualificados. Esto es una violación peligrosa de la libertad de investigación y doctrina que subraya en muchas partes el Concilio Vaticano II. Somos además testigos de un intento teológicamente muy cuestionable de ampliar y excederse de forma inaceptable en las competencias doctrinales, además de las jurisdiccionales…»
«Cuando el Papa hace lo que no le corresponde, no puede pedir obediencia en nombre del catolicismo. Debe esperar que se le contradiga… Asistimos a un proceso de someter a las iglesias locales, a rechazar la argumentación teológica y a relegar a los laicos en la Iglesia, a crear un antagonismo desde arriba que agudiza los conflictos con medidas disciplinarias…».

y poco más tarde firmó el mismo Taltavull, junto a 63 teólogos y no-teólogos una carta contra el catolicismo involucionista de Juan Pablo II, siendo párroco en Mallorca en aquel momento:

«…consideraban oportuna su intención y acertada en su diagnóstico (el manifiesto)…y denunciaban las actuaciones excluyentes, discriminatorias y autoritarias del Vaticano… así como la existencia de coacciones, falta de libertad, censura, clima de temor y parcialidad en el nombramiento de nuevos obispos…(y por ello)la consolidación de una visión involutiva del catolicismo…».

Muy oportuno ahora que el nuevo cardenal de Barcelona, Juan José Omella, junto al que ha servido Taltavull en los meses previos a su marcha a Mallorca, sea miembro de esa Congregación de los Obispos que decide el nombramiento de los obispos del mundo, el mismo cardenal que también escribía cartas en contra de los eclesiásticos de su diócesis en Zaragoza ya de joven, como vamos a ver enseguida. Así, el diario Pueblo recogía en 1974 cómo un joven Juan José Omella había firmado contra su propio obispo por disentir Omella de la gestión de su superior, Monseñor Pedro Cantero, obispo que había sido su mentor y le había recomendado y apoyado en sus estudios.

Martínez Sistach capitaneó también, siendo arzobispo de Tarragona y antes de ser Arzobispo de Barcelona, una campaña mediática contra la candidatura de Don Manuel Ureña para Barcelona en el año 2004, acabando el mismo Martínez Sistach por ocupar el puesto sucediendo al cardenal Ricard Maria Carles.

Las incoherencias del comportamiento del cardenal Omella

Vale recordar aquí que recientemente el cardenal Omella ha hecho de propiciador y ejecutor de una secularización de un sacerdote, el Rvdo. Miguel Ángel Barco —caso ajeno a este informe—, por la falsa acusación de haber tenido una hija. Esto lo hizo el cardenal Omella por un afán de poder y de ponerse a sí mismo —según testigos cuyo testimonio figura en Internet en sendos audios— de Arzobispo de Zaragoza como sucesor de su mentor e idolatrado monseñor Elías Yanes (RIP). De esto se ha ocupado como nadie el periodista Jacques Pintor en una investigación exhaustiva que ha dado como fruto tres libros y mil páginas en los últimos dos años, entregado el tercero en mano al Nuncio de Su Santidad Francisco en España. 
	Paradójicamente, el cardenal Omella ha ayudado a apartarse suavemente del ministerio a un sacerdote que ha tenido relaciones sentimentales, con consumación del coito o no, es difícil de saber, y que figura como sacerdote en la guía del arzobispado en estos tiempos, y que responde a las iniciales de SN.

También recientemente y en conversación telefónica con el periodista internacional Jordi Picazo, Omella clamó al cielo de que un laico tuviera esos informes. La conversación hasta ese punto la hemos transcrito y mostrado en nuestra página WEB de investigación, aquí.

El mismo Nuncio, explica la Prensa española estos días, está siendo acorralado por el entorno del cardenal Omella y del enigmático jesuita Germán José Arana. Se le quiere fuera de España porque no propicia el lobby afín al cardenal Omella y al jesuita Arana en España.


La página WEB jacquespintor.com se ocupa más profundamente de los testimonios de la Casa de Santiago, aquí.

 

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