Mostrábamos en una Entrada reciente cómo el ahora cardenal Omella quiso, para apoyar a un cura filomarxista llevar contra las cuerdas a su arzobispo de Zaragoza Pedro Cantero Cuadrado cuando era un sacerdote joven de Aragón, y mintió diciendo que el arzobispo le había amenazado con la excomunión.
El ahora obispo de Mallorca y antes auxiliar con Martínez Sistach y con Juan José Omella, Monseñor Sebastià Taltavull, también escribió una carta contra el Papa Juan Pablo II, y apoyó públicamente el “Manifiesto de Colonia” en 1989 contra la política vaticana de nombramiento de obispos y su opacidad bajo san Juan Pablo II. El cardenal ahora emérito de Barcelona, Martínez-Sistach lideró una campaña contra la candidatura de D. Manuel Ureña como arzobispo de Barcelona, y acabó poniéndose él.
Buena lectura.
Jacques Pintor
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En esta Entrada:
- El obispo Sebastià Taltavull firmó contra el Papa Juan Pablo II y no le pasó nada
- Texto Completo de la Declaración de Colonia (1989)
- Los firmantes alemanes, con kung y Müller
- Lista de firmantes españoles
Así, el diario Pueblo recogía en 1974 cómo un joven Juan José Omella había firmado contra su propio obispo por disentir Omella de la gestión de su superior, Monseñor Pedro Cantero, obispo que había sido su mentor y le había recomendado y apoyado en sus estudios.
Martínez Sistach capitaneó también, siendo arzobispo de Tarragona antes de ser Arzobispo de Barcelona, una campaña mediática contra la candidatura de Don Manuel Ureña para Barcelona en el año 2004, acabando el mismo Martínez Sistach por ocupar el puesto sucediendo al cardenal Ricard Maria Carles.
Martínez Sistach repitió la práctica de este tráfico de influencias, pues hizo una llamada a Editorial Planeta en una ocasión para que a su vez se llamara al diario La Razón en Madrid, dirigido por el todavía hoy director, Marhuenda, para que despidieran a un periodista católico al que el cardenal Sistach tenía ojeriza desde cuando el joven periodista Pablo Ginés, recién casado y con hijos muy pequeños, trabajaba en Barcelona.
Texto completo de la Declaración de Colonia (1989)
La Declaración de Colonia de 1989 en contra de la "involución" del papado de Juan Pablo II, invita a Roma y al mundo a : "Por lo tanto, invitamos a los obispos a recordar el ejemplo de Pablo que, manteniendo la unidad con Pedro, en la cuestión de la evangelización de los gentiles afirma: "Me opongo a él abiertamente" (Gal 2:11)".
De este texto resalto en fosforito unas frases que me parecen relevantes, propagadas hoy después de 31 años por Religión Digital cuando defienden que siendo el Papa Francisco el depositario de todo el poder, tendría que usar su batuta para implementar de golpe los cambios necesarios en la Iglesia.
Otras frases subrayadas reflejan el espíritu del portal de Internet Religion Digital cuando canta a los cuatro vientos que Omella ha sido impuesto por el Vaticano y se alegran, y que Osoro y Omella son los hombres del Papa en España, cuando este documento precisamente critica esto. Los únicos que son coherentes resultará que son los alemanes, que en su iglesia cismática pretenen ser totalmente autónomos del Vaticano, aunque se contradicen obligando a sus fieles a pagar un diezmo de sus sueldos, o son expulsados de la iglesia católica alemana, en pleno siglo XXI.
FUENTE DEL TEXTO COMPLETO, AQUÍ
TRADUCCIÓN PROPIA DEL BLOG
Para una catolicidad abierta
contra una catolicidad puesta bajo tutela
Varios acontecimientos en nuestra Iglesia Católica nos llevan a hacer pública la siguiente declaración. Hay tres tipos de problemas que nos angustian:
1. Por parte de la Curia Romana, el plan de ocupar las sedes episcopales sin tener en cuenta las propuestas de las iglesias locales y haciendo caso omiso unilateralmente de los derechos adquiridos por ellas se aplica ostensiblemente en todo el mundo.
2. En todo el mundo se les niega repetidamente a los teólogos y teólogas el permiso eclesiástico para enseñar. Esta circunstancia constituye un ataque significativo y peligroso a la libertad de investigación y enseñanza y a la estructura dialógica del conocimiento teológico, cuya importancia ha sido destacada repetidamente por el Concilio Ecuménico Vaticano II. El otorgamiento del permiso eclesiástico para la enseñanza está siendo mal utilizado en términos de medidas disciplinarias.
3. Estamos siendo testigos del intento extremadamente problemático de afirmar de forma inadmisible y más allá de los límites debidos la competencia magisterial, así como la competencia jurisdiccional del Papa.
Lo que hemos podido observar en estas tres áreas nos parece que tiene un valor de signo con respecto al cambio que se está produciendo dentro de la iglesia post-conciliar en términos de:
a. un cambio progresivo en la estructura de las relaciones de jurisdicción dentro de la jerarquía,
b. una reducción gradual de las iglesias locales a las que se están sometiendo a un régimen de tutela,
c. un rechazo del argumento teológico,
d. una reducción del ámbito de competencia de los laicos dentro de la iglesia,
e. un antagonismo desde arriba, destinado a exacerbar los conflictos existentes en la iglesia mediante el uso de medidas disciplinarias.
Estamos convencidos de que ya no nos es lícito permanecer en silencio. Creemos que la presente declaración es ya imprescindible:
- por nuestra responsabilidad en la fe cristiana,
- de acuerdo con el ejercicio de nuestro servicio como maestros de teología,
- por el respeto que debemos a nuestra conciencia,
- y sobre la base de la solidaridad que debemos a todos los cristianos y a los cristianos que han tenido razones para escandalizarse por los recientes procesos evolutivos que tienen lugar en nuestra Iglesia o que incluso han perdido la esperanza en ella.
Nombramientos episcopales: el cuestionable papel de los nuncios
I. Con respecto a los nuevos nombramientos episcopales hechos por Roma en todo el mundo y, en particular, en Austria, Suiza y aquí en Colonia, declaramos lo siguiente:
1. Hay derechos tradicionales e incluso codificados que regulan la capacidad de intervención de las iglesias locales y que han caracterizado la historia de la iglesia hasta la fecha: pertenecen a la vida de la iglesia en su multiplicidad.
2. Cuando algunos nombramientos de obispos o intervenciones similares (que se pueden constatarse en América Latina, Sri Lanka, España, los Países Bajos, Suiza y aquí en Colonia) se deben a menudo a análisis erróneos o a sospechas, para presentarse como medidas disciplinarias contra las iglesias locales, es la autonomía de éstas la que se ve indebidamente coartada. La apertura de la Iglesia Católica a la colegialidad entre el Papa y los obispos - que fue uno de los eventos centrales del Concilio Vaticano II - está siendo sofocada por un nuevo centralismo romano [con una frecuencia alta, Religión Digital utiliza el adjetivo fulminado para expresar la remoción de un obispo por parte del Papa Francisco cuando ese obispo no era del gusto de Religión Digital].
El ejercicio del poder manifestado en los recientes nombramientos de obispos contradice la fraternidad del Evangelio, las experiencias positivas realizadas en el proceso de aplicación de los derechos de libertad y la colegialidad de los obispos [en este tiempo y durante las elecciones a la presidencia de la CEE, Religion Digital utilizaba el lenguaje de "a los obispos no les ha quedado más remedio que aceptar al hombre del Papa"; "El candidato de Francisco", etc. -nota de Blog]
La práctica actual obstaculiza el proceso ecuménico en puntos esenciales
En cuanto al "caso de Colonia", creemos que es sencillamente escandaloso cambiar las normas que rigen la elección de obispos en el curso del procedimiento. De esta manera, la conciencia de la corrección del procedimiento ha sido gravemente herida.
La autoridad y la dignidad del papado requieren una cierta sensibilidad en la relación con el poder y con las instituciones jurídicas ya validadas.
La elección de los candidatos al episcopado expresa adecuadamente la multiplicidad que configura la iglesia; el procedimiento de nominación no es una elección privada del Papa.
El papel de las nunciaturas hoy en día se vuelve cada vez más dudoso. A pesar del acortamiento de los medios que permiten la comunicación y la consulta mutua, la nunciatura está cada vez más expuesta al odioso servicio de información: a través de una selección unilateral de la información, a menudo crea las desviaciones que busca.
En los últimos tiempos, la obediencia al Papa, declarada y solicitada por los obispos y cardenales, ha tomado cada vez más a menudo la apariencia de una obediencia ciega. La obediencia de la Iglesia al Evangelio implica la voluntad de comprometerse en una disidencia constructiva (cf. Codex iuris canonici, can. 212, § 3). Por lo tanto, invitamos a los obispos a recordar el ejemplo de Pablo que, manteniendo la unidad con Pedro, en la cuestión de la evangelización de los gentiles afirma: "Me opongo a él abiertamente" (Gal 2:11).
Cátedras de teología: por la libertad de investigación
II. En cuanto a la asignación de la cátedra de teología y la atribución del permiso eclesiástico para la enseñanza, declaramos lo siguiente:
La competencia y autoridad del obispo de la iglesia local -basada en razones teológicas y en parte también sancionada por los regímenes concordantes- en materia de atribución o retirada del permiso eclesiástico para enseñar debe ser respetada. Los obispos no son órganos ejecutivos del Papa. La práctica actual viola en las relaciones intraeclesiales el principio de subsidiariedad en asuntos de competencia manifiesta del obispo local tanto en términos de dogma como de moralidad y constituye una situación intolerable. Una intrusión romana en la atribución o denegación de la autorización eclesiástica para enseñar sin consultar previamente a la iglesia local o incluso en contra de la convicción explícita del obispo local corre el riesgo de socavar las áreas de competencia establecidas y consolidadas positivamente.
Las objeciones contra el otorgamiento del permiso eclesiástico para enseñar y, con mayor razón, las decisiones al respecto deben ser debidamente justificadas y probadas de acuerdo con las normas vigentes en el mundo académico. La arbitrariedad en esta área pone en entredicho la existencia de las facultades de teología católica en las universidades estatales.
No todas las enseñanzas de la iglesia se caracterizan en el plano teológico por el mismo grado de certeza e importancia. Nos oponemos a una práctica que, al atribuir o negar la autorización eclesiástica para enseñar, viola esta doctrina de los grados de certeza teológica y la "jerarquía de las verdades" contextual.
Ciertos problemas inherentes a ámbitos particulares y específicos de la dogmática y la ética no pueden ser planteados arbitrariamente como criterios de identificación de la fe, mientras que, en cambio, a las actitudes morales directamente relacionadas con la práctica de la fe (por ejemplo, la oposición a la tortura, la segregación racial o la explotación) no se les da -aparentemente- la misma importancia teológica en cuanto a la búsqueda de la verdad.
El derecho de las facultades e institutos universitarios a integrar su personal mediante la elección de nuevos profesores no puede ser completamente socavado por el ejercicio arbitrario de la facultad de conceder o denegar la autorización eclesiástica para enseñar. El hecho de que la elección de los profesores de teología en las universidades se haga sobre la base de criterios no relacionados con la ciencia y bajo la presión de los problemas mencionados anteriormente, conduce a un deterioro de la dignidad de la teología en el entorno universitario.[en Barcelona Omella colocó al delfín de Sistach como director del ISCREB (Istituto Superior de Ciencias Religiosas de Barcelona) sin contar con el profesorado. Ese Director, Ramón Batlle, había suspendido su tesis doctoral y novhabía sido profesor del Instituto ni lo es más que esporádico -Nota del Blog]
Enseñanza moral: el papel de la conciencia
III. Por último, con respecto al intento de afirmar indebidamente la competencia del magisterio papal, declaramos lo siguiente.
En recientes discursos dirigidos a teólogos y obispos, el Papa ha reafirmado la contextualización entre la doctrina actual sobre la regulación de los nacimientos y ciertas verdades fundamentales de la fe (como la santidad de Dios y la salvación por medio de Jesucristo) sin hacer referencia alguna a los grados de certeza y la diversidad de importancia de las afirmaciones del Magisterio; Esta contextualidad se define de tal manera que quienes critican la enseñanza pontificia sobre el control de la natalidad deben enfrentarse a la acusación de "atacar las estructuras fundamentales y esenciales de la doctrina de la Iglesia", o incluso de incurrir, al apelar a la dignidad de la conciencia individual, en el error de "negar la validez de la cruz de Cristo", de querer "vaciar de contenido el misterio de Dios" y de despreciar la "dignidad del hombre".
Los conceptos de verdad fundamental y de revelación divina son utilizados por el Papa para apoyar una doctrina extremadamente específica que no puede ser fundada ni por el recurso a la Sagrada Escritura ni por la referencia a las tradiciones de la Iglesia (cf. alocuciones del 15 de octubre y del 12 de noviembre de 1988).
La contextualidad entre las verdades -a la que se refiere el Papa- no significa, sin embargo, que todas sean iguales o igualmente importantes. El Concilio Vaticano II, por ejemplo, afirma en el Decreto sobre el Ecumenismo (n. 11): "Al comparar las doctrinas, recuerden que existe un orden o 'jerarquía' en las verdades de la doctrina católica, ya que su conexión con el fundamento de la fe cristiana es diferente" (EV 1/536).
De igual modo, deben respetarse los diferentes grados de certeza de las afirmaciones teológicas y el límite de los conocimientos teológicos en materia de antropología médica.
En efecto, el magisterio pontificio ha reconocido la dignidad de la teología para verificar los argumentos a los que debe recurrir en las declaraciones y normas teológicas. Esta dignidad no puede ser violada por una prohibición de la libertad de pensamiento y de expresión. Una evaluación científica debe poder beneficiarse de la argumentación y la comunicación.
La conciencia individual no es un sustituto del magisterio pontificio, como podría parecer en base a las alocuciones mencionadas. Por el contrario, el Magisterio también está ligado - en su interpretación de la verdad - a la conciencia individual de los creyentes. Neutralizar la tensión entre la doctrina y la conciencia significa negar la dignidad de la conciencia.
En opinión de muchas personas pertenecientes a la Iglesia, la norma consagrada en la encíclica Humanae Vitae de 1968 sobre la regulación de los nacimientos representa simplemente una orientación que no sustituye la responsabilidad de la conciencia de los fieles. Muchos obispos -incluido el episcopado alemán en la Declaración de Königstein de 1968- y moralistas creen que esta posición es apoyada con razón por muchos cristianos y cristianas porque están convencidos de que la dignidad de la conciencia no sólo consiste en la obediencia, sino también y sobre todo en la responsabilidad. Un Papa que en sus discursos se refiere cada vez más frecuentemente a la responsabilidad de los cristianos y de las cristianas en el ámbito de la acción intramundana, no debería pasar sistemáticamente por alto esta exigencia en un momento tan grave.
Lamentamos, sin embargo, que el magisterio pontificio se haya centrado tan insistentemente en este área de problemas.
Al servicio de la Iglesia también en la crítica
La iglesia está al servicio de Jesucristo. Por lo tanto, debe resistir la continua tentación de abusar de su evangelio de justicia, misericordia y fidelidad recurriendo a formas dudosas de dominación para salvaguardar su poder. El Concilio lo entiende como el pueblo itinerante de Dios y como la relación de vida que existe entre los fieles (communio) - por lo tanto no es una ciudad sitiada y obligada a levantar sus murallas aún más alto, defendiéndose fuertemente contra lo que está dentro y fuera de ella.
Debido a nuestro testimonio común compartimos muchas de las preocupaciones que los pastores de la iglesia tienen por la presencia de la iglesia en el mundo contemporáneo. La defensa de las iglesias pobres, la liberación de las iglesias ricas de sus cadenas y la promoción de la unidad de la iglesia son metas que entendemos y por las que estamos comprometidos. Sin embargo, al mismo tiempo, los teólogos que están al servicio de la iglesia tienen el deber de expresar públicamente sus críticas cuando la autoridad eclesiástica hace un uso erróneo del poder que le ha sido conferido, contradiciendo así los objetivos que la caracterizan, comprometiendo los progresos realizados en favor del ecumenismo y revocando la apertura hecha por el Concilio.
El Papa reclama la función de la unidad. Por lo tanto, tiene la tarea de reconciliar a las partes en una situación de conflicto: esto es lo que hizo, de manera excesiva, en el caso de Marcel Lefebvre y sus seguidores, a pesar de que habían cuestionado fundamentalmente el Magisterio. Por otra parte, no tiene la tarea de exacerbar conflictos de importancia secundaria eludiendo cualquier intento de diálogo, ni de dirigirlos unilateralmente utilizando los instrumentos del Magisterio, ni de convertirlos en un elemento de discriminación. Si el Papa interviene en áreas fuera de su función no puede exigir obediencia en nombre de la catolicidad. En ese caso, debe esperar ser desafiado.
Firmantes alemanes
En esta lista de los firmantes alemanes, destacan Kung, antiguo compañero de Ratzinger en Tubinga, y Müller.
Annen (Chur), Anzenbacher (Mainz), Artadi (Fribourg), Auer (Tübingen), Bachl (Salzburg), Bakker (Amsterdam), Bauer (Graz), Baumann (Reutlingen), Baumeister (Mainz), Baumgartner (Fribourg), Baumgartner (Regensburg), Becker(Mainz), Bernasconi (Genestrerio), Biesinger (Salzburg), Bitter (Bonn), Blank (Saarbrücken), Böckle (Bonn), Brantschen (Fribourg), Brieskora (München), Broer (Siegen), Brosseder (Köln), Brox (Regensburg), Bucher (Eichstätt), Busse (Duisburg), Cornélis (Nijmegen), Dautzenberg (Giessen), Deissler (Freiburg) Denzler (Bamberg), Domann (Luzern), Döring (München), Eicher (Paderbon), Eid (Bamberg), Emeis (Osnabrück), Feifel (München), Feidman (Münster), Feneberg (Weingarten), Friedler (Freiburg), Friedli (Fribourg), Fries (München), Fuchs (Bamberg), Füglister (Salzburg), Garijo Guetnbe (Münster), Gasser(Chur), Goergen (München), Gollinger (Heidelberg), Görg (München), Grasmück (Bamberg), Grainacher (Tübingen), Gross (Tübingen), Gruber (Craz), Gründel (München), Haag (Luzern), Haarsma (Nijmegen), Hainz (Frankfurt), Halkes (Nijmegen), Halter (Chur), Hasenhüttl (Saarbrücken), Häring (Gars am Inn), Haring (Nijmegen), Heinzmann (München), Hengsbach (Frankfurt), Hoffmann (Frankfurt), Hoffmann (Bamberg), Hoffmann (Freiburg), Holderegger (Fribourg), Huizing (Nijmegen), Hunold (Tübingen), Hübner (Eichstätt), Hünermann (Tübingen), Imbach (Fribourg), Irsigler (Bamberg), Jendorff (Giessen), Kaczynski (München), Karrer (Fribourg), Keel (Fribourg), Keller (München), Kessler (Frankfurt), Kirchhofer (Chur), Klauck (Würzburg), Knobloch (Mainz), Kollmann (Dortmund), Korff(Münster), Köhler (Tübingen), König(Graz), Küng (Tübingen),Lang (Paderborn), Langer(Wien), Lengsfeld (Münster), Logister (Tilburg), Löning (Münster), Maisch (Freiburg), Merks (Tilburg), Mette (Paderborn), Metz (Münster), Meyer (Luzern), Mieth (Tübingen), Missalla (Essen), Molinski (Wuppertal), Müller (Luzern), Neuner (München), Nikolasch (Salzburg), Nocke (Duisburg), Oberlinner (Freiburg), Ohlig (Saarbrükken), Ollig (Frankfurt), Pesch (Mainz), Pfürtner (Marburg), Poulssen (Tilburg), Raske (Frankfurt), Rauh (Augsburg), Reifenberg( Bamberg), Reiterer (Salzburg), Richter (Münster), Rolfes (Kassel), Rolinck (Münster), Rombold(Linz),Schelbert(Fribourg),Schenke (Mainz), Schillebeeckx (Nijmegen), Schilling (Manchen), Schladoth (Münster), Schleinzer (Salzburg), Schlemmer (Passau), Schlater (Siegen), Schmid (Weingarten), Schmeed (Gars am Inn), Schneider(Mainz), Scholl (Heidelberg), Schulz (Passau), Schweizer (Tübingen), Sebott (Frankfurt), Seeliger (Siegen), Seidl (München), Selvatico (Fribourg), Siller (Frankfurt), Simonis (Würzburg), Spichtig (Chur), Stachel (Mainz), Steinkamp (Münster), Stendebach (Saarbrücken), Stenger (Innsbruck), Teichtweier(Würzburg),Türk(Niirnberg),Van Damme (Fribourg), Venetz (Fribourg), Vergauwen (Fribourg), Volz(Speyer), Walf (Nijmegen), Weger (München), Weimar (Münster), Werbick (Siegen), Wermelinger (Fribourg), Wiederholer (Liederbach), Wiederkehr (Luzern), Wieland (Tübingen),Willems(Nijmegen),Wohlmuth(Bonn),Zeller(Mainz), Zenger (Münster), Zerfass (Würzburg), Zinke (Weingarten), Zirker(Duisburg), Zwergel(Kassel).
Los firmantes
El Portal de Internet Germinans Germinabit rescató una fotografía de la Revista Ecclesia de los obispos españoles (aquí artículo de GG) donde se destaca el nombre del actual obispo de Mallorca Sebastià Taltavull entre los firmantes españoles.
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