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APÓSTOL DE LA LUJURIA, JAMES MARTIN, S.J. HACIA ROMA 2022


Algunos intentan hacer pasar la carta del papa Francisco apoyando la labor sacerdotal del jesuita James Martin como un apoyo a todas sus actividades. No debe verse así. El papa Francisco no puede alabar ni alaba la labor de confusión y de escándalo que lleva a cabo Martin, confirmando en el pecado, es decir, en el camino a la perdición, a tantas almas con ocasión de su discurso segregador sobre las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.

Buena lectura.

Jacques Pintor

Copyright @2021 JACQUES PINTOR Cualquier cita de este artículo debe hacer referencia directa a esta entrada, a este Blog y al autor Jacques Pintor. Para aportar información escribir a jacquespintor@gmail.com, Twitter @jacquesplease 

EN ESTA ENTRADA:
- El padre jesuita James Martin en Dublín
- Martin resume su propio decálogo
- Dublín, peor congreso, mayor oposición. Un sudor frío en el cuerpo
- Roma 2022, ¿podemos esperar un mayor ataque a la familia, un ataque a la enseñanza de Jesucristo?

El padre jesuita James Martin en Dublín

Nada más comenzar el Encuentro Mundial de las Familias en 2018 en Dublín, que tenía una vocación de llamada a la esperanza, se perpetró la grosera y grotesca injerencia ideológica del director de América Magazine de EE. UU., el sacerdote jesuita James Martin.

America Magazine es una revista católica jesuita que inmediatamente publicó la escandalosa propuesta en el Encuentro Mundial de las Familias de legitimar las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo en la Iglesia, o permitir que las personas en uniones sentimentales homosexuales activas incluso se encarguen de servicios en la parroquia, incluyendo el ministerio de administrar la Sagrada Comunión.

El Padre Martin se apoya en la psicología secular —que ya hace tiempo había declarado la normalidad de la homosexualidad como perfecta alternativa al mismo nivel que la atracción entre el hombre y la mujer— recalcando el supuesto prejuicio que la Iglesia católica mantiene ante los homosexuales y que según el jesuita debe acabar, pidiendo, sugería Martin, que la Iglesia solicitara el perdón de la comunidad LGBTI.

Añadió James Martin en el marco del Encuentro Mundial de las Familias en Dublín, 2018, que el hecho que la Iglesia llegue a pedir perdón del mal que ha hecho a estas personas no lo es todo, pero es un comienzo:

«no es ninguna sorpresa si los católicos LGBTI se sienten como leprosos en nuestra iglesia», en lo que parecía lanzar una pregunta al aire. Utilizó una expresión más fuerte que en anteriores afirmaciones, como que «para un miembro LGBTI entrar en una iglesia es enfrentarse a la ruleta rusa, en situaciones que varían de lugar en lugar hasta incluso poner en peligro la vida de una persona».

Esto en Dublín y en público, fue peligroso decirlo, aunque sea cierto por desgracia en África en comunidades raramente cristianas, y en países de otros continentes, de mayoría musulmana.

Para Martin es una falta de comprensión de la cuestión creer que la orientación sexual o identidad de género de un LGBTI es elección de esa persona o de sus padres:

«Estas actitudes marginan a la gente LGBTI, dijo, llevan a consecuencias que lesionan, incluyendo tasas altas de suicidio y de personas sin-techo».

Así, pretendiendo con estas, sus palabras, que uno nace homosexual, se enfrenta a los conocimientos que la ciencia ha recabado a lo largo de los siglos. La ciencia en boca de la mayoría de científicos de prestigio niega que salvo raras excepciones uno nazca con una tendencia homosexual. Así, el "amigo" del papa Francisco, co-religionario jesuita y bobo mediático engaña a la gente convirtiendo el sentimiento en dato científico, y la misericordia en mentira.


Martin resume su propio decálogo

En el marco de esa celebración internacional, Martin invitó a los católicos a hablar y defender a la comunidad LGBTIQ. He aquí el decálogo que propone para el trato que deberíamos prestar, según la mentalidad enfermiza de este sacerdote jesuita, a los católicos a los que etiqueta de LGBTIQ+:

1.- Sé consciente del prejuicio que comporta nuestro comportamiento hacia la gente LGBTI,
2.- Escuchar,
3.- Reconocerlos en nuestras homilías y nunca humillarlos desde el púlpito,
4.- Pedirles perdón,
5.- No reducir a la gente LGBTI a su vida sexual,
6.- Incluirlos en retiros y encargarles ministerios parroquiales como por ejemplo la administración de la Sagrada Comunión,
7.- Reconocer los dones individuales que nos traen,
8.- Invitar a las parejas a dar la bienvenida a ellos y a sus familias,
9.- Como en el caso de todos aquellos que se enfrentan a la persecución y la marginalización, 
10.- Organizar eventos, desarrollar programas para ellos.

Dublín, peor congreso, mayor oposición. Un sudor frío en el cuerpo

Superaron la cifra de 10.000 el número de personas en el Encuentro Mundial de las Familias en Dublín que solicitaron que no se permitiera la participación del jesuita James Martin en el Congreso de las familias. El hecho que la organización no cancelara su participación a pesar de un tan elevado número de quejas hace pensar que James Martin era parte del paquete de los organizadores, quienes trabajan para la curia vaticana.

La petición fue planteada antes del tsunami que abrumó al cardenal McCarrick, a quien el papa Francisco secularizó el día 15 de febrero de 2019, escándalo que arrastró a sus discípulos y protegidos en los Estados Unidos, sobre todo al cardenal Kevin Farrell, ahora prefecto de la Congregación para los Laicos, la Familia y la Vida, cargando sobre sobre sus espaldas la duda de si era conocedor de las andanzas sexuales de McCarrick ya que había vivido con él durante años en la misma residencia. Y fue planteada esa petición antes del segundo tsunami, el del Informe del Gran Jurado de Pensilvania que fue dado a conocer en agosto de 2018 simultáneamente a la celebración del Encuentro en Dublín, que barrió a otro cardenal del área liberal, Donald Wuerl, quien acabó por abandonar el Encuentro. El Informe señalaba a 300 sacerdotes de la Iglesia católica que habrían abusado de más de mil niños.


Roma 2022, ¿podemos esperar un mayor ataque a la familia, un ataque a la enseñanza de Jesucristo?

El Encuentro Mundial de las Familias en Roma 2022 será el tercero del papa Francisco. El primero fue en Filadelfia, y el segundo en Dublín tres años después en 2018. Si Dios conserva al papa Francisco entre nosotros para el año próximo, celebrará la clausura de un Congreso que se espera letal para la antropología cristiana y el don de la sexualidad otorgado por Dios al hombre y la mujer. Un don que lejos de vivirlo y aceptarlo con espíritu de pobreza, se arrebata con lujuria y espíritu de posesión. Ciertamente, Roma 2022 será una piedra de toque para una Iglesia que ha llegado con este papado a la culminación de la profecía de San Malaquías: tras Gloria Olivae (Benedicto XVI), Petrus Romanus (Francisco) acompañará a la Iglesia a través del paso que lleva a su cambio substancial. Lo explica el libro recientemente publicado de Jordi picazo en amazon, "Amoris laetitia 5.5. La familia Cristiana de Filadelfia 2015 a Roma 2022". La profecía de Malaquías no preveía el fin de la Iglesia, sino el fin de la Iglesia tal como la hemos conocido. Y la profecía ya se ha cumplido.


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